domingo, 4 de marzo de 2012

¿A QUIÉN LE TEMES?



"Temer a los hombres resulta una trampa, pero el que confía en el Señor sale bien librado" Proverbios 29:25


La señora Irma Terror corría detrás de su esposo en medio de la multitud en el zoológico, agitando el paraguas y prorrumpiendo en insultos que parecían misiles invisibles. El marido, todo sudado y casi sin aire en los pulmones, vio que la jaula del león no estaba cerrada; entonces, cerró la puerta, empujó el atónito león contra las rejas y espió por encima del hombro del animal. Su frustrada esposa sacudió el paraguas, tartamudeó de la ira y, finalmente, explotó, diciendo: "Rafael, ¡sal de ahí, cobarde!".

Rafael, en esta historia ficticia, es como el pueblo de Israel que leemos en el libro de Números. Los israelitas estaban confundidos respecto a quién debían temer realmente. Se veían como langostas al compararse con los gigantes de la tierra donde Dios quería que fueran (13:32-33).

Si tememos tanto a la gente como para dejar de seguir al Señor, no estamos confiando en Él. Eso demuestra que dudamos de Su plan, de Su poder y de Sus promesas. No hemos reconocido que es Él, por encima de todos los demás, a quien debemos temer. Este "temor" significa que hay que reverenciarlo, confiar en Él, amarlo y obedecerlo.

Padre, perdónanos por temerle a aquello que no deberíamos y por no temerte a ti ni confiar en tus promesas.

Reflexión: Si temes a Dios, no tendrás que temerle a ninguna otra cosa.
Fuentes: Nuestro Pan Diario

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